martes, 11 de septiembre de 2012

Los entresigos cerebrales de la pérdida del autocontrol




Una nueva investigación confirma los resultados de estudios anteriores, indicando que el autocontrol es un recurso limitado que se agota con el uso. Una vez que este “depósito” se ha vaciado, es menos probable que podamos mantener nuestra compostura la próxima vez que nos enfrentemos a una situación que requiera autocontrol, y sólo el paso de un tiempo suficiente en circunstancias que no requieran autocontrol permite que se vuelva a llenar ese depósito.

El estudio realizado por el equipo de William Hedgcock, de la Universidad de Iowa, y Kathleen Vohs y Akshay Rao de la Universidad de Minnesota, ambas instituciones en Estados Unidos, es el primero en mostrar este proceso mientras está ocurriendo en el cerebro. Para conseguirlo, los investigadores se valieron de resonancia magnética funcional por imágenes.

Las imágenes obtenidas en la nueva investigación muestran que la corteza cingulada anterior, la parte del cerebro que reconoce una situación en la que se requiere autocontrol, emite sus señales con igual intensidad en cada momento en que la persona se enfrenta a una situación que requiere autodominio. En cambio, la corteza prefrontal dorsolateral, la parte del cerebro que ejerce el autocontrol, emite sus señales con menos intensidad después de haber tenido que actuar poco antes.




Esa pérdida de actividad en la corteza prefrontal dorsolateral parece denotar pues el agotamiento de la capacidad de autocontrol de la persona. La actividad estable en la corteza cingulada anterior sugiere que, en principio, la mente siempre reconoce la necesidad de mantener el autocontrol, como por ejemplo ante una tentación. El problema viene al intentar poner en práctica esa resistencia a la tentación, sobre todo si la persona ha tenido que vencer otras tentaciones recientemente.

Los resultados del nuevo estudio pueden modificar la corriente de pensamiento tradicional sobre el tema, según la cual al autocontrol hay que considerarlo como un músculo. Todo apunta ahora a que el autocontrol es más como un depósito que se puede vaciar por el uso, y luego rellenar si se dispone de un tiempo suficiente de recarga y sin situaciones que requieran su uso inmediato.


Publicado originalmente por NCYT Amazings en la siguiente dirección:

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