jueves, 16 de agosto de 2012

Neuropsicología y aprendizaje escolar






Por: Luis Quintanar Rojas y Yulia Solovieva


¿Cuál es el significado de que la neuropsicología estudie problemas presentes en el aprendizaje escolar y de qué manera puede este acercamiento ser útil para otros especialistas, en particular para maestros y pedagogos?

La neuropsicología como disciplina surgió durante la segunda mitad del siglo XIX y se ubica entre dos grandes áreas de la ciencia: las neurociencias y las ciencias sociales; su objetivo es el estudio de las relaciones entre la actividad cerebral y la vida psicológica humana. Relacionada con la educación, la neuropsicología analiza, previene y soluciona muchas de las dificultades que presentan los niños durante el aprendizaje escolar, pues aborda la relación entre el nivel cerebral y el psicológico.

Todos sabemos lo difícil que es el proceso de aprendizaje de la escritura en la primaria y las consecuencias que sufren los niños con dificultades en su adquisición: bajas calificaciones, regaños y castigos, burlas…; situaciones que agravan el problema al crear un estado emocional negativo en
el estudiante que sufre estos problemas, produciendo, además, una baja autoestima y la ausencia de interés por las actividades escolares que no entiende ni puede hacer bien.

En la acción de la escritura observamos la participación de otros procesos, a los que tradicionalmente la psicología ha considerado funciones: la memoria, la atención, el lenguaje, etc. –y evidentemente no es posible escribir sin atención o sin lenguaje–. Pero además de estas funciones cognitivas, en cada acción participan otras esferas de nuestra vida psíquica: la afectivo- emocional, la de motivos e intereses y de la personalidad; por ejemplo, cada acción se realiza con mayor o menor interés, con algún grado de emoción o de indiferencia y, por supuesto, de una manera particular. Todo ello muestra que en una sola acción participan todas las esferas de la vida psíquica, incluida la cognitiva.

Pues observa la funcionalidad de los diferentes componentes del sistema en una tarea de escritura para determinar cuáles trabajan de manera eficiente y cuáles fallan. Para ello se aplican pruebas especializadas. 

Veamos, por ejemplo, la tarea “copia de una casa”, la cual se utiliza para valorar la integración espacial y consiste en presentar al niño un modelo y pedirle que lo copie, proporcionándole el tiempo que necesite (Quintanar y Solovieva, 2003). 

A continuación, el neuropsicólogo verifica si existen problemas tales como dificultad en la distribución y la ubicación de los detalles y si hay faltantes o sobrantes, además de analizar la proporción de los elementos del dibujo, la conservación de la imagen global, la repetición de elementos, si se presenta macrografía (aumento desproporcionado de algunos elementos o de todo el dibujo) o micrografía (la situación contraria). El tipo de error indica al especialista las particularidades del estado funcional de cada uno de los mecanismos cerebrales que participan en las acciones escolare. 

En las ejecuciones de niños de escuelas rurales es posible observar algunos de los errores señalados, en comparación con la ejecución de niños de escuelas urbanas. En el , realizado por una niña de escuela rural, notamos la ausencia de imagen y una mala distribución espacial. 


Sistema funcional complejo 

En la acción de la escritura participan diversas zonas cerebrales para garantizar que cada uno de sus componentes cumpla adecuadamente su tarea y logre evitar los errores. La unión funcional de las zonas cerebrales que permiten la realización de un objetivo dado de la acción (como escribir a la copia o al dictado) se denomina sistema funcional complejo y constituye la representación de dicha acción en el cerebro. 

Los resultados específicos del trabajo de cada zona cerebral tienen un significado y una denominación neuropsicológica, entre los cuales podemos señalar: 

En la zona temporal del cerebro radica la función relacionada con el oído fonemático, que es la capacidad para discriminar los sonidos significativos de una lengua. 

En la zona parietal se coordina: 

La integración cinestésica o capacidad para articular todos los órganos relacionados con el habla: lengua, labios, paladar, glotis… 

La organización secuencial motora; es decir, la fluidez motora o capacidad para organizar los movimientos en cadenas consecutivas 

La programación y el control, referida a la capacidad para someter el comportamiento a un objetivo previamente establecido, corregir los errores y no distraerse con estímulos irrelevantes para una situación dada 

La integración espacial que es la capacidad para ubicarse en el espacio, lo cual implica aplicar en esta actividad la integridad del esquema corporal y, por otro lado, la comprensión de las estructuras sintácticas complejas del lenguaje 

La retención audio-verbal o estabilidad de la memoria en la modalidad auditiva verbal 

La retención visuo-espacial o estabilidad de la memoria en la modalidad visual 

Si alguno o varios de estos componentes no trabajan adecuadamente, la escritura no se realiza correctamente. Con frecuencia ocurre que algunos de los eslabones del sistema muestran un nivel de funcionamiento insuficiente, lo que induce errores y, si el maestro desconoce esta disfunción y no propone ejercicios y actividades para superarla, el niño puede automatizar la acción en forma deficiente, reforzando los errores. 

¿Qué analiza el neuropsicológo infantil durante una evaluación? 

Pues observa la funcionalidad de los diferentes componentes del sistema en una tarea de escritura para determinar cuáles trabajan de manera eficiente y cuáles fallan. Para ello se aplican pruebas especializadas. 

Veamos, por ejemplo, la tarea “copia de una casa”, la cual se utiliza para valorar la integración espacial y consiste en presentar al niño un modelo y pedirle que lo copie, proporcionándole el tiempo que necesite (Quintanar y Solovieva, 2003). 

A continuación, el neuropsicólogo verifica si existen problemas tales como dificultad en la distribución y la ubicación de los detalles y si hay faltantes o sobrantes, además de analizar la proporción de los elementos del dibujo, la conservación de la imagen global, la repetición de elementos, si se presenta macrografía (aumento desproporcionado de algunos elementos o de todo el dibujo) o micrografía (la situación contraria). El tipo de error indica al especialista las particularidades del estado funcional de cada uno de los mecanismos cerebrales que participan en las acciones escolares. 

En las ejecuciones de niños de escuelas rurales es posible observar algunos de los errores señalados, en comparación con la ejecución de niños de escuelas urbanas. En el, realizado por una niña de escuela rural, notamos la ausencia de imagen y una mala distribución espacial. 

Neuropsicología, una análisis integral 

De acuerdo con lo anterior, al análisis neuropsicológico no estudia de manera aislada los problemas de aprendizaje, sino que busca y establece, a través de una evaluación detallada, su causa en cada caso particular y de qué manera afecta la actividad del niño. En otras palabras, dicho análisis permite sistematizar las observaciones relacionadas con los errores y las dificultades de los niños, lo cual ahorra tiempo en su análisis, debido a que no considera el lenguaje, la memoria, la atención, la escritura, etc., de manera separada. Así, los diversos síntomas se comprenden como una manifestación del trabajo deficiente de uno o varios componentes de los sistemas funcionales correspondientes. 

Al detectar fortalezas y debilidades, el trabajo de corrección neuropsicológica incluye la formación y el desarrollo, no de funciones aisladas (memoria, lenguaje), sino de núcleos de acciones escolares cuyos sistemas funcionales se basan en el trabajo del mismo eslabón deficiente, entre otros; de ahí la importancia de que el maestro acceda a este conocimiento, lo cual implica incorporar los conocimientos de la neuropsicología infantil a la formación de los educadores y, en el futuro, la inclusión de neuropsicólogos como parte de la planta de especialistas en jardines de niños y en escuelas primarias. 

La neuropsicología no sólo puede identificar y solucionar problemas escolares, lo más importante es que también puede ayudar a prevenirlos. 

Bibliografía recomendada 


Akhutina T.V. (2002) Diagnóstico y corrección de la escritura. Revista Española de neuropsicología, 4, 2-3: 236-261. 

Quintanar L. y Solovieva Yu. (2003) Manual de evaluación neuropsicológica infantil. México, Universidad Autónoma de Puebla. 

Solovieva Yu. y Quintanar L. (2005) Método invariante para la enseñanza de la lectura. Una aproximación histórico-cultural. México, Universidad Autónoma de Tlaxcala y Universidad Autónoma de Puebla. 

Solovieva Yu. y Quintanar L. (2006) Métodos de corrección neuropsicológica infantil. Una aproximación histórico-cultural. México, Universidad Autónoma de Puebla y Universidad Autónoma de Tlaxcala. 

Solovieva Yu. y Quintanar L. (2004) “La utilización de la zona del desarrollo próximo durante el diagnóstico del desarrollo de la actividad intelectual”. En: S. Castañeda (Ed.) Educación, aprendizaje y cognición. Teoría en la práctica. Manual moderno: 75-92. 

Xomskaya E. D. (2002) “La escuela neuropsicológica de A. R. Luria”. Revista Española de neuropsicología, 4, 2-3: 130-150. 


Publicada originalmente en Ciencia y Desarrollo el conocimiento a tu alcance en las siguiente dirección: 





























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